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2021. Colonos es un poemario que revive a varios personajes olvidados en la Araucanía de fines del siglo XIX: comerciantes, ingenieros, campesinos, que llegaron a Chile desde Europa con la esperanza de hallar una nueva y mejor vida, pero en muchos casos debieron enfrentar un verdadero farwest criollo. Elegido en varias ocasiones como el mejor libro del año, Colonos reafirma por qué Chile es un país de poetas. «Con paciencia y maestría, Leonardo Sanhueza abre una vía inexplorada en la poesía chilena, que al mismo tiempo que nos conmueve nos desafía a repasar y repensar la historia entera de un país.». Alejandro Zambra.

2017. En Playas de Fuego el mar no habla la lengua de los muertos. El mar representa la clausura de la palabra, el espacio donde queda encerrado el discurso, constituyéndose solo como el reflejo y rebote del cielo, pura ilusión. En la poesía de Bárbara, el mar es el espacio de la indistinción, un desierto de la palabra, la mudez absoluta. La muerte no es la física, sino la muerte de la voz. El aliento se expande en la superficie y desaparece semejando el movimiento de las olas en la orilla. Borrando todo rastro.

2019. Estas anotaciones poéticas de John Cage se inscriben en lo que Allen Ginsberg llamó «acontecimiento oral». Sus versos, medidos por al extensión de las respiraciones (silencios, sonidos y tiempos), son una experiencia física. El carácter interdisciplinario de Cage cobra sentido en virtud de su experiencia: en sus poemas se incluyen sus propios signos vitales y temporalidades específicas. “Mi intención ha sido a menudo decir lo que tenía que decir de un modo que ilustrara lo dicho”, señaló, renunciando sin contemplaciones a la idea de “ comunicar” emociones. Sus breves anotaciones poéticas deben ser considerados un cuerpo de sonidos; el lenguaje es, en sí mismo y de sí mismo: sonido. En estos poemas abundan parábolas, anécdotas, recuerdos y fragmentos autobiográficos que funcionan como una pregunta zen o un mantra de ideogramas.

2021. Lengua sitiada es la primera antología personal de Maha Vial. Incluye las zonas más representativas de su obra. Desde su primer libro, la cuerda floja, hasta uno de los más recientes, Territorio cercado. Si en sus primeras publicaciones se desliza la ferocidad del cuerpo y lo performativo, en sus útimos poemas prepondera lo desgarrador de la contemplación, auqellas geografías fisuradas de la memoria y de la lengua. Ambas etapas son evidencia de una voz trasgresora, incómoda y únicxa en su registro.