Peso | 0.124 kg |
---|---|
Dimensiones | 14 × 0.6 × 20.9 cm |
Publicado en 2012
Peso | 0.124 kg |
---|---|
Dimensiones | 14 × 0.6 × 20.9 cm |
Publicado en 2012
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
2019. El oficio del periodismo acompañó prácticamente toda la obra de Marta Brunet. Como Premio Nacional de Literatura en 1961, sus novelas y cuentos han sido más difundidos que su labor de reportera, con la que pudo acercarse tanto a grandes personajes como a héroes anónimos que mantenían latente el Chile de la primera mitad del siglo XX. Este libro contiene una selección de sus textos periodísticos divididos por género y cronológicamente: desde la sección fija en el diario El Sur entre 1927 y 1930 llamada “Kaleidoscopio” hasta sus apariciones bajo seudónimo en la revista Familia y sus columnas en el diario La Hora y la revista Repertorio Americano, donde marcó una impronta política y social.
Cuando alguien como Donald Trump es electo presidente, cualquier cosa puede pasar. Por eso, la “inocente” eliminación del idioma español de la página web de la Casa Blanca atemorizó a todo hispanohablante en Estados Unidos y el mundo. Este fue el inicio de un complejo proceso que inició el gobierno norteamericano: se declararon guerras innecesarias, se decretaron leyes absurdas y, finalmente, Cuba fue invadida, su último archienemigo en el mundo occidental. El idioma es el sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse, y su uso está intrínsecamente ligado a la identidad de un pueblo. Siglos atrás los pueblos indígenas de América Latina fueron forzados a adoptar un nuevo idioma, el idioma del invasor europeo.
¿Qué ocurriría hoy si se forzara nuevamente a toda una comunidad hispanohablante a adoptar un idioma diferente, el de un nuevo invasor? ¿Cómo se viviría este proceso teniendo en cuenta las lecciones del pasado? Este breve relato distópico nos pone en ese paradójico contexto, describiéndonos el proceso de resistencia contra la invasión y mostrándonos sus inesperados resultados. |
“Texto testimonio de una estancia en el norte. Estancia en el doble sentido: a su manera una propiedad de tierra indefinida y extensa, aunque simbólica, testimonio de un precario habitar, de una advenediza apropiación, cuyos títulos son los que otorgan los textos. Entiéndase títulos de propiedad simbólicos, provisionales, otorgándole a la poesía o al lenguaje una función de posicionamiento. Consciente o inconscientemente se le concede a la poesía cierta condición de posicionamiento, que hoy llamaría las marcas simbólicas territoriales que nuestros hermanos mamíferos u otros seres replican o nos demuestran de otra manera”
(del Prólogo). |