Peso | 0.146 kg |
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Dimensiones | 16 × 1 × 18 cm |
Publicado en 2014
Subtotal: $101.000
Este libro de poemas es corto. Muestra lo que se vive en realidad en un regimiento y lo que pasa de verdad dentro de una instancia que para muchos puede ser una soberana maldición, como es el caso de los primerizos que ven todo esto con miedo. Sin embargo, se van desarrollando amistades, lazos humanos, van aprendiendo códigos y maneras distintas que sólo los soldados saben. |
$5.000
Peso | 0.146 kg |
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Dimensiones | 16 × 1 × 18 cm |
Publicado en 2014
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
Basándose en el principio budista de la impermanencia, la autora reflexiona sobre el fenómeno del cambio que se manifiesta en todos los aspectos de la vida. Asimismo, ofrece una serie de consejos prácticos y muy concretos para cultivar una actitud de apertura ante la muerte, que nos permite acompañar a los que están más cerca del umbral sin exigirnos ni exigirles perfección. En los últimos años se han publicado muchos libros sobre la muerte y el morir, un tema provocativo en una cultura que se niega a pensar en la muerte y prefiere creer en la eterna juventud. Por eso, se podría decir que Sin miedo a la muerte es un libro subversivo. Judith Lief nos acerca a este tema desde la larga experiencia acumulada en los cursos y talleres que ha dictado sobre El libro tibetano de los muertos y el acercamiento a la muerte, en los que participan profesionales de la salud, estudiantes, voluntarios que trabajan con pacientes terminales e incluso enfermos graves. A partir de esa experiencia, de las enseñanzas budistas sobre el tema y del material que le han aportado sus alumnos, la autora nos invita a contemplar la muerte de frente, sin tabúes.
A diferencia de muchos cursos y publicaciones en los que el llamado a vivir el presente se confunde con la negación de la muerte, este libro nos propone abrirnos a ella sin velos protectores, para llegar a un punto en que podamos mirarla cara a cara, sin temor. Paradójicamente, esta forma de acercarnos a la muerte le da más sentido a la vida y nos ayuda a abrimos con toda honestidad a los demás —amigos, parientes, desconocidos— y a acompañar a los que están más cerca del umbral sin exigirnos ni exigirles perfecciones.
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Clarice Lispector, una antiescritora popular de Brasil que rompió las reglas literarias y abandonó una vida de princesa para volver a su tierra. Escribía cuentos, novelas y crónicas mientras sus hijos jugaban alrededor, y tenía un perro loco que comía cigarrillos.
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |