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Nuestro primer Antihéroe, Julio Cortázar, un niño con cuerpo de grande, que tiene el superpoder de transformar la realidad en una fantasía, para poner el mundo patas arriba.
$7.500
Publicado en 2016
2019. El oficio del periodismo acompañó prácticamente toda la obra de Marta Brunet. Como Premio Nacional de Literatura en 1961, sus novelas y cuentos han sido más difundidos que su labor de reportera, con la que pudo acercarse tanto a grandes personajes como a héroes anónimos que mantenían latente el Chile de la primera mitad del siglo XX. Este libro contiene una selección de sus textos periodísticos divididos por género y cronológicamente: desde la sección fija en el diario El Sur entre 1927 y 1930 llamada “Kaleidoscopio” hasta sus apariciones bajo seudónimo en la revista Familia y sus columnas en el diario La Hora y la revista Repertorio Americano, donde marcó una impronta política y social.
Texto de Maritza Farías Cerpa
2021. Quedarse en pana en medio del campo chileno es también enredarse en su mitología. Abrir este libro es eso: escapar de la angustia cotidiana para desprenderse hacia un mundo anacrónico, desconocido. El fundo Las Nalcas, los patrones y sus hijos, arrieros, potros chúcaros, pescadores, bandoleros y viejos que antes de partir siguen jugando al truco. Sus historias, cruzadas a través de todos los relatos, bajo el manto de una prosa líquida tan fluida como refrescante, discurren sin formas, sin predestinaciones, pero con un sentido único. Lo cierto es que la muerte, como la lluvia, siempre caerá.
Palabras de Teresa Calderón sobre Sala de Espera:
http://letras.mysite.com/cbri100217.html
Autor: Juan Manuel Mancilla.
“Los versos de Testamento provocan el gesto de una memoria poética que despierta las imágenes del pasado (objetos, dichos, costumbres y hechos) para volcarlas conflictivamente en el presente de un país distante. Un recorrido por Chile, por la naturaleza trágica de su territorio, una declaración por la extrañeza de su lenguaje y de su gente:
Desteñido al parirse entre sacos inhospitalarios el amoratado envuelto se desempolva los trémulos pómulos tal como la harina le nieva la cocedura cruda al tambembe rosado del tan bebé (…)
“Niño piñiñento”