Peso | 0.198 kg |
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Dimensiones | 13 × 1 × 19 cm |
Publicado en 2017
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Grodek, el último poema escrito por Georg Trakl da nombre a su antología poética seleccionada y traducida por Juan Carlos Villavicencio. Grodek, la evidencia de la muerte de muchos soldados y del mismo Georg, es una elección de título acertada. Como también es acertado que sea una edición bilingüe, porque la comparación inevitable entre la versión en alemán y la traducción enriquece, justamente, el ejercicio de lectura que podemos realizar. |
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Dimensiones | 13 × 1 × 19 cm |
Publicado en 2017
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |
Las frases sobre la cesión de derechos de autor comúnmente pasan desapercibidas para el lector, no se leen, así la advertencia sobre la protección legal de una obra se transforma en un dato anecdótico. Sin embargo, la importancia de la declaración sobre la cesión de derechos de autor se encuentra en la perspectiva ideológica que adopta el editor (y también el autor), quien exhibe una manera de pensar la propiedad del autor: el texto. Además, en la actualidad se evidencia que la temática sobre derechos de autor no sólo se limita al copyright, sino que también a otras éticas que disputan y cuestionan la exclusividad de la cesión de derechos.
Derechos es un libro dividido en dos partes. La primera reúne las expresiones sobre la cesión de derechos de autor para dar cuenta justamente de la diversidad ideológica y, sobre todo, literaria: desde el copyright hasta el anticopyright. Por tanto, hay muestras de libros de editoriales históricas como Cruz del Sur, Zigzag, Nascimiento, Editorial del Pacífico y editoriales independientes y anarquistas contemporáneas. Además, hay frases de derechos de libros argentinos, mexicanos, españoles y brasileños. En la segunda parte de Derechos hay un epílogo que habla sobre los derechos de autor, la ley de propiedad intelectual y las nuevas maneras de pensar la cesión de derechos de autor. |
“Pompeya”, en palabras del dramaturgo, fue escrita en un período de cuatro años aproximadamente y fue estrenada el 2017. Una textura cruda, ruda, dura y violenta da sustento a las palabras de Leila, Suzuki, Beyoncé y el maricón Lucho. Sus voces son las voces de las y los excluidos, las travestis y el maricón. Un universo plagado de transas en las esquinas, en el que se vende la tele para comprar cocaína, riñas callejeras por el territorio que, al fin y al cabo, no es de nadie. Se siente en este espacio el odio entre chilenas, colombianas, ecuatorianas y peruanas; y se patentizan las muertes, muchas muertes que quedan impunes, porque tal como dice Leila, la más rabiosa de las travestis: “Los pacos no van a mover el culo. Pa’ ellos una trava desaparecía no es ni una hueá […] Somos pobres y putas, si no hacemos justicia por nuestras manos, nadie va a hacerla”.
Texto de Maritza Farías Cerpa |
2020. Gabriela Mistral comenzó a desarrollar su vida espiritual a muy temprana edad con la Biblia. A través de diversas lecturas, incorporó aspectos del budismo, el hinduismo y el judaísmo, además de una gran cantidad de temas ocultistas y esotéricos. Esa búsqueda mística y religiosa es uno de los aspectos más desconocidos de toda su vida y obra, pero es donde reside la sensibilidad que hay en su prosa y la fuente de inspiración de su poesía. La selección de esta antología, realizada por Diego del Pozo, reúne discursos, columnas y entrevistas en los que Mistral habla del cristianismo con sentido social, de su preocupación por el porvenir de las religiones y por el abandono de la espiritualidad. Además, contiene una segunda parte con escritos místicos provenientes de cuadernos íntimos, plagados de anotaciones en prosa, versos y poemas, que, a modo de mantras personales o aforismos espirituales, la conectaron con la belleza y su fe en la humanidad.
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.