No hay productos en el carrito.
La naturaleza se expresa ante el destino de los hombres. Sufre por nuestras disputas e incluso, cuenta la leyenda, puede castigar a los hombres por su actos.
$6.500
Publicado en 2015
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
2020. Gabriela Mistral comenzó a desarrollar su vida espiritual a muy temprana edad con la Biblia. A través de diversas lecturas, incorporó aspectos del budismo, el hinduismo y el judaísmo, además de una gran cantidad de temas ocultistas y esotéricos. Esa búsqueda mística y religiosa es uno de los aspectos más desconocidos de toda su vida y obra, pero es donde reside la sensibilidad que hay en su prosa y la fuente de inspiración de su poesía. La selección de esta antología, realizada por Diego del Pozo, reúne discursos, columnas y entrevistas en los que Mistral habla del cristianismo con sentido social, de su preocupación por el porvenir de las religiones y por el abandono de la espiritualidad. Además, contiene una segunda parte con escritos místicos provenientes de cuadernos íntimos, plagados de anotaciones en prosa, versos y poemas, que, a modo de mantras personales o aforismos espirituales, la conectaron con la belleza y su fe en la humanidad.
Clarice Lispector, una antiescritora popular de Brasil que rompió las reglas literarias y abandonó una vida de princesa para volver a su tierra. Escribía cuentos, novelas y crónicas mientras sus hijos jugaban alrededor, y tenía un perro loco que comía cigarrillos.
En Un largo solo la concisión, sutileza y elegancia se unen admirablemente con el ímpetu y la vitalidad. Roberto Bolaño observa: es una poesía hecha de «sangre suspendida en el aire». En los tres conjuntos de poemas aquí reunidos, Bruno Montané muestra sorprendentes variaciones dentro de su muy reconocible estilo, alternando íntimas visiones, con permanentes meditaciones sobre el oficio de la escritura y continuos aterrizajes a realidades concretas de fuerte sensorialidad, no exentas de preocupaciones políticas y sociales. Todo lejos de grandilocuentes proclamas, falsos mesianismos y torpes heroicidades, en textos más bien próximos a experiencias cotidianas marcadas por la atmósfera del sueño y las fugaces impresiones de nuestros sentidos. Son las visiones de un maestro disfrazado de aprendiz, quien nos entrega parte de su luminosa bitácora sobre esa elusiva y musical forma de conocimiento que es la poesía.
Cristian Geisse Navarro
Palabras de Teresa Calderón sobre Sala de Espera:
http://letras.mysite.com/cbri100217.html