Peso | 0.218 kg |
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Dimensiones | 15 × 1 × 25 cm |
Publicado en 2005
Subtotal: $5.000
Deambulando entre ruinas de realidad, Juan Cameron nos ha acercado su más reciente botella al mar. Estos poemas nos han sonreído, lejos de la tontería ambiente; también nos han embriagado, sin ponernos tristes. Pero no se nos quebrará la voz, tampoco nos temblará la mano, para advertir que estamos en presencia de otro bastardo en el triste orden de las familias. Un auténtico poeta. |
$6.000
Peso | 0.218 kg |
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Dimensiones | 15 × 1 × 25 cm |
Publicado en 2005
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
2020. Gabriela Mistral comenzó a desarrollar su vida espiritual a muy temprana edad con la Biblia. A través de diversas lecturas, incorporó aspectos del budismo, el hinduismo y el judaísmo, además de una gran cantidad de temas ocultistas y esotéricos. Esa búsqueda mística y religiosa es uno de los aspectos más desconocidos de toda su vida y obra, pero es donde reside la sensibilidad que hay en su prosa y la fuente de inspiración de su poesía. La selección de esta antología, realizada por Diego del Pozo, reúne discursos, columnas y entrevistas en los que Mistral habla del cristianismo con sentido social, de su preocupación por el porvenir de las religiones y por el abandono de la espiritualidad. Además, contiene una segunda parte con escritos místicos provenientes de cuadernos íntimos, plagados de anotaciones en prosa, versos y poemas, que, a modo de mantras personales o aforismos espirituales, la conectaron con la belleza y su fe en la humanidad.
2015. Desde los diferentes países donde residió a lo largo de su vida y en los que se compenetró con la cultura, las personas y los niños, Gabriela Mistral escribió cientos de artículos que abordan temas de contingencia política, social o del ámbito de la pedagogía. Esta selección realizada por Diego del Pozo incluye textos inéditos y otros publicados en medios de comunicación que recorren, junto con la autora, cuatro décadas de América y Europa. Su prosa analiza y propone, juzga y rescata; en ella están presentes los problemas, los inocentes, los culpables, educadores, artistas, dictadores, gobernantes y los que verdaderamente están haciendo algo por la paz, la educación de los niños y la humanidad futura que a ella especialmente preocupó.
Manuel Moreau regresa donde su madre y su abuela a vivir en el departamento de su infancia. A partir de este encuentro los ritmos familiares empiezan a disgregarse a destiempo, debido a una serie de hechos inesperados que remecen una aparente armonía. Los personajes de esta novela, sin tener mucha conciencia de lo que les ocurre, van entrelazando sus emociones en torno a ciertas verdades en un presente donde lo que se descubre es el reflejo de la fragilidad en lo cotidiano. Con una narración visual y aguda, este libro nos invita a sentir cómo los días que parecieran ser simples esconden pistas acerca de lo irónico de nuestra existencia. |
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |