Peso | 0.115 kg |
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2015
Salimos tras los pasos de Violeta Parra. Una caminante que fue a buscar canciones en los lugares más lejanos de Chile para que no se perdieran con el paso de los años. Y nos subimos, como en una máquina del tiempo, para vivir la aventura de escuchar historias de abuelos y abuelas, y conocer la vida de una artista que sintió muy muy de cerca a su pueblo. Pobre y desalineada, Violeta aprendió solita a tocar varios instrumentos, a pintar cartones, a bordar lanitas en bolsas de arpillera… ¡Era una recicladora! Un pasado que vuelve porque siempre es presente.
$7.500
Peso | 0.115 kg |
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2015
Clarice Lispector, una antiescritora popular de Brasil que rompió las reglas literarias y abandonó una vida de princesa para volver a su tierra. Escribía cuentos, novelas y crónicas mientras sus hijos jugaban alrededor, y tenía un perro loco que comía cigarrillos.
Esta vez caminamos tras la huella de una heroína de las luchas de la liberación de América Latina. Juana Azurduy es nuestra antiprincesa del Alto Perú, o nuestra princesa guerrera, que luchó junto a su esposo Manuel Padilla, y conoció otros héroes como Belgrano y Güemes, y otras heroínas como las Amazonas, para liberar el Virreinato del Río de la Plata de las garras de España. En esta aventura, Juana y sus compañeras y compañeros muestran todas las habilidades de combate que desplegaron contra los realistas. Pero además, el libro nos habla de la doble valentía de Juana: de abandonar la comodidad del hogar para luchar una batalla donde la mujer carecía de honores. Incluso tuvo que pelear cargando su hijo recién nacido. A pesar de esto, terminaron mostrándole respeto y admiración por su coraje. Una verdadera antiprincesa que trascendió el tiempo y la historia.
Esta vez, nuestra otra princesa es la de la música alegre, la del baile liberador, y es, también, una cantante y compositora que supo lo que quería ser desde muy pequeña, aunque le costó realizar su sueño toda la vida. Fue maestra de infantil, profesora de educación física, madre joven y llegó a las bailantas para cambiar la imagen de las mujeres que cantaban cumbia. Pero la historia no terminó cuando murió la gente le empezó a pedir favorcitos y ella se los cumplía, como si fueran milagros, y así fue como se convirtió en una santa popular, de esas que ayudan al pueblo porque nacieron del pueblo mismo. Acércate a escuchar su música y te contamos su historia, sin dejar de mover los piececitos.