Peso | 0.13 kg |
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Dimensiones | 21 × 15 × 0.8 cm |
Publicado en 2018
En los cuentos que componen Un Mundo Cualquiera, entramos en la vida de personajes perdidos en medio de la ciudad, solitarios y alienados, caminando por la delgada línea entre la sanidad y la locura, donde la violencia muchas veces resulta ser la única respuesta ante un mundo individualista y cada vez menos humano. |
$8.000
Peso | 0.13 kg |
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Dimensiones | 21 × 15 × 0.8 cm |
Publicado en 2018
«Cuentos Reunidos. 1967-1973», recoge los relatos que Alcalde escribiera en la que podríamos considerar como la primera etapa de su extensa trayectoria literaria. El humor, la imaginación, el lirismo, la ternura, el delirio y la fantasía de estos inolvidables relatos, sin duda forman parte de lo mejor de nuestra literatura. Textos como «Consejo de amigo», «El peregrino del Golfo», «Una moneda, un seno», «El sentimiento que te di», «Las aventuras de El Salustio y El Trúbico» –por citar algunos–, pueden perfectamente calificarse como proezas narrativas y muestra del inmenso talento de este sobresaliente autor nacional. |
Autor: Juan Manuel Mancilla.
“Los versos de Testamento provocan el gesto de una memoria poética que despierta las imágenes del pasado (objetos, dichos, costumbres y hechos) para volcarlas conflictivamente en el presente de un país distante. Un recorrido por Chile, por la naturaleza trágica de su territorio, una declaración por la extrañeza de su lenguaje y de su gente:
Desteñido al parirse entre sacos inhospitalarios el amoratado envuelto se desempolva los trémulos pómulos tal como la harina le nieva la cocedura cruda al tambembe rosado del tan bebé (…)
“Niño piñiñento”
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |