Peso | 0.048 kg |
---|---|
Dimensiones | 13.3 × 0.2 × 20.8 cm |
Publicado en 2016
Subtotal: $71.100
La obra está compuesta de poemas satíricos e insolentes a modo de antihomenaje a las principales figuras de la poesía chilena, con las cuales el autor establece diálogos conflictivos y deslenguados. Un gesto en el que paradójicamente la irreverencia y la admiración a estos poetas de la escena literaria chilena, queda plasmada para la posteridad. |
$3.000
Peso | 0.048 kg |
---|---|
Dimensiones | 13.3 × 0.2 × 20.8 cm |
Publicado en 2016
Autor: Juan Manuel Mancilla.
“Los versos de Testamento provocan el gesto de una memoria poética que despierta las imágenes del pasado (objetos, dichos, costumbres y hechos) para volcarlas conflictivamente en el presente de un país distante. Un recorrido por Chile, por la naturaleza trágica de su territorio, una declaración por la extrañeza de su lenguaje y de su gente:
Desteñido al parirse entre sacos inhospitalarios el amoratado envuelto se desempolva los trémulos pómulos tal como la harina le nieva la cocedura cruda al tambembe rosado del tan bebé (…)
“Niño piñiñento”
Esta recopilación de poemas, crónicas, cartas, revistas y manifiestos de Huidobro, realizada por el profesor José de la Fuente, se convirtió desde su publicación, en 1993, en uno de los libros predilectos de los lectores del fundador del creacionismo. Lejos de mostrarse secundario o marginal en estos textos contingentes, emerge en ellos el Vicente Huidobro profundo: el poeta millonario, el político fantástico, el polemista despiadado. |
En Un largo solo la concisión, sutileza y elegancia se unen admirablemente con el ímpetu y la vitalidad. Roberto Bolaño observa: es una poesía hecha de «sangre suspendida en el aire». En los tres conjuntos de poemas aquí reunidos, Bruno Montané muestra sorprendentes variaciones dentro de su muy reconocible estilo, alternando íntimas visiones, con permanentes meditaciones sobre el oficio de la escritura y continuos aterrizajes a realidades concretas de fuerte sensorialidad, no exentas de preocupaciones políticas y sociales. Todo lejos de grandilocuentes proclamas, falsos mesianismos y torpes heroicidades, en textos más bien próximos a experiencias cotidianas marcadas por la atmósfera del sueño y las fugaces impresiones de nuestros sentidos. Son las visiones de un maestro disfrazado de aprendiz, quien nos entrega parte de su luminosa bitácora sobre esa elusiva y musical forma de conocimiento que es la poesía.
Cristian Geisse Navarro
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
2021. Quedarse en pana en medio del campo chileno es también enredarse en su mitología. Abrir este libro es eso: escapar de la angustia cotidiana para desprenderse hacia un mundo anacrónico, desconocido. El fundo Las Nalcas, los patrones y sus hijos, arrieros, potros chúcaros, pescadores, bandoleros y viejos que antes de partir siguen jugando al truco. Sus historias, cruzadas a través de todos los relatos, bajo el manto de una prosa líquida tan fluida como refrescante, discurren sin formas, sin predestinaciones, pero con un sentido único. Lo cierto es que la muerte, como la lluvia, siempre caerá.