Peso | 0.030 kg |
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Dimensiones | 10 × 0.3 × 17 cm |
Publicado en 2001
Sin existencias
El crítico literario que ha trabajado de modo más vasto la poesía, el pensamiento y la estética rokhiana es Naín Nómez, quien propone en Pablo de Rokha: una escritura en movimiento (Santiago: Documentas, 1988), analizar su producción en tres etapas. La primera, que va desde 1916 hasta 1929, se caracteriza según el crítico por la influencia del Romanticismo y una perspectiva anarquista entrelazada con elementos bíblicos y religiosos. En este período, De Rokha dirigió la revista Numen, publicó en Claridad su obra «El folletín del Diablo»; y autoeditó su libro Los gemidos (1922), que fue ignorado por la crítica, más entusiasmada con el modernismo y el mundonovismo imperantes. De esta época fecunda son también U (1926); Satanás, Suramérica y Heroísmo sin alegría (1927); y Escritura de Raimundo Contreras (1929).
$1.500
Sin existencias
Peso | 0.030 kg |
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Dimensiones | 10 × 0.3 × 17 cm |
Publicado en 2001
Autor: Gabriela Mistral.
Gabriela Mistral es un desafío, una gigante que captura todos los sentidos, su profusa escritura nos confunde y al mismo tiempo nos
alivia la estética de su obra. La precisión de las palabras y su concreción perfecta abre un universo en el que «todo el vocabulario ha de ser diferente, según la hoguera o según el brasero: en vez de los leños veloces en volverse humo, las pavesas que laten lento y suave. Nada les sobra». Su búsqueda de «palabras primordiales» que sobreviene a la multiplicidad de voces, en ese plural oportuno que nos emplaza en un abanico multiforme de la locura razonada, de estar en el límite, de ser lo que se quiere, sin esperar condena ni juicio externo. Leerla nos sobrecoge en el silencio del respeto y la algarabía de exhibirla, de ponerla en una bandera, de gritar a los cuatro vientos lo perfecta e insondable que es, todo eso y más, pero nunca jamás antes de leerla. Paula Ceballos Huerta
Firmadas con diferentes seudónimos, las primeras publicaciones de Gabriela Mistral datan, dicen, de los alrededores de 1904. Desde entonces, hace ya más de un siglo, continúa sorprendiendo su decir, su lenguaje poético, su escritura, y esto explica, en parte, que no se hayan agotado los acercamientos a su producción, ni tampoco (si bien con otras motivaciones) a su biografía. Diversos estudios –muchos de ellos, aquí revisados– evidencian este prolongado interés y si algunas orientaciones repiten, incluso hoy, rutas ya trazadas, desde discursos más actuales, otras perspectivas han colaborado a otorgar nuevas imágenes de esta poeta y de sus obras.