Peso | 0.039 kg |
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Dimensiones | 11 × 0.3 × 17 cm |
Publicado en 2013
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En la oscuridad de la calle hay muchos perros ladrando. Me pregunto si es que acaso anoche aquí, en mi cama vacía, se habrá sentido lo mismo. A lo mejor ellos traducen lo que es estar sin ti en estos momentos… ¿Ellos ladran de pena? ¿De desesperación? ¿O porque algo es injusto? |
$4.000
Peso | 0.039 kg |
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Dimensiones | 11 × 0.3 × 17 cm |
Publicado en 2013
Autor: Héctor Álvarez Godoy.
“Uno de los elementos más interesantes de su dramaturgia es la fidelidad a sus orígenes; todas estas obras nos traen recuerdos, fragmentos, pedazos de historias sobre el “Norte Chico”, de los que hemos escuchado rumorear. Y sin embargo, siendo este el hilo que une las cuatro historias aquí representadas, resultan entre ellas eclécticas y diversas en sus paisajes, personajes y relatos.
El autor, aparece como un verdadero antropólogo de la lengua nortina; escribe diálogos donde los modismos e imágenes nutren de realidad y de verdad el relato dramático. Es como si él mismo hubiese estado parado de niño en esas cocinas, entre mujeres y sirvientas, en los valles secos, entre pastores tomando mate, apeando sus burros y mirando ese cielo azul tan grande del norte chileno, como si las travestis coquimbanas fueran sus amigas y confesoras, tanto como para saber tan bien cuales son los profundos deseos de sus almas.
La presente selección nos comunica y conecta con una memoria regional que pone en discusión el concepto de identidad en tanto nos hace preguntarnos ¿qué somos si también somos esto que no conocíamos? Si bien los textos son primeramente bitácoras de ensayo, remarcan sin duda, lo social como un compromiso personal asumido por el autor, quien milita apasionadamente en cada uno de ellos”.
Prólogo: Cristóbal Pizarro Schkolnik. Actor de la Universidad de Chile (2009) y Master en Escritura Dramática (2015), por la Royal Central School of Speech and Drama de Londres, Reino Unido. Traductor y director.
Imagen de portada: Ricardo General.
La visión, para nada onírica, de la ciudad como un incendio de cemento es la que nos retrata este poemario orgánico y vigoroso, escrito con sinceridad honda y una aguda destreza, casi oriental. |
Manuel Moreau regresa donde su madre y su abuela a vivir en el departamento de su infancia. A partir de este encuentro los ritmos familiares empiezan a disgregarse a destiempo, debido a una serie de hechos inesperados que remecen una aparente armonía. Los personajes de esta novela, sin tener mucha conciencia de lo que les ocurre, van entrelazando sus emociones en torno a ciertas verdades en un presente donde lo que se descubre es el reflejo de la fragilidad en lo cotidiano. Con una narración visual y aguda, este libro nos invita a sentir cómo los días que parecieran ser simples esconden pistas acerca de lo irónico de nuestra existencia. |
2021. Quedarse en pana en medio del campo chileno es también enredarse en su mitología. Abrir este libro es eso: escapar de la angustia cotidiana para desprenderse hacia un mundo anacrónico, desconocido. El fundo Las Nalcas, los patrones y sus hijos, arrieros, potros chúcaros, pescadores, bandoleros y viejos que antes de partir siguen jugando al truco. Sus historias, cruzadas a través de todos los relatos, bajo el manto de una prosa líquida tan fluida como refrescante, discurren sin formas, sin predestinaciones, pero con un sentido único. Lo cierto es que la muerte, como la lluvia, siempre caerá.
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.