Peso | 0.119 kg |
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2016
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2016
La protagonista de este cuento ilustrado, Amina, nace hace más de un siglo en un pueblo en el que no hay nadie como ella; nadie con quien jugar, nadie con quien compartir sus curiosidades y sus búsquedas. Por eso, a los dieciséis años decide irse de su casa y de ese pueblo. Curiosamente, lo hace sin miedo, sin preguntarse si está bien o mal, solo porque es lo único y mejor que se le ocurre hacer. “Amina” es la historia de su viaje, un cuento para grandes escrito como un cuento para niños. |
Daniel Odier enseñó tantrismo en varias universidades de Estados Unidos antes de crear el Centro Tantra / Chan de París, donde trasmitió las enseñanzas recibidas de la yogini Lalitâ Devî, su maestra cachemiriana. Odier nos invita a recorrer esta via mística viva, que se basa en la recuperación de una conciencia absoluta innata y se expresa en la espontaneidad del éxtasis. |
«Cuentos Reunidos. 1967-1973», recoge los relatos que Alcalde escribiera en la que podríamos considerar como la primera etapa de su extensa trayectoria literaria. El humor, la imaginación, el lirismo, la ternura, el delirio y la fantasía de estos inolvidables relatos, sin duda forman parte de lo mejor de nuestra literatura. Textos como «Consejo de amigo», «El peregrino del Golfo», «Una moneda, un seno», «El sentimiento que te di», «Las aventuras de El Salustio y El Trúbico» –por citar algunos–, pueden perfectamente calificarse como proezas narrativas y muestra del inmenso talento de este sobresaliente autor nacional. |
“Pompeya”, en palabras del dramaturgo, fue escrita en un período de cuatro años aproximadamente y fue estrenada el 2017. Una textura cruda, ruda, dura y violenta da sustento a las palabras de Leila, Suzuki, Beyoncé y el maricón Lucho. Sus voces son las voces de las y los excluidos, las travestis y el maricón. Un universo plagado de transas en las esquinas, en el que se vende la tele para comprar cocaína, riñas callejeras por el territorio que, al fin y al cabo, no es de nadie. Se siente en este espacio el odio entre chilenas, colombianas, ecuatorianas y peruanas; y se patentizan las muertes, muchas muertes que quedan impunes, porque tal como dice Leila, la más rabiosa de las travestis: “Los pacos no van a mover el culo. Pa’ ellos una trava desaparecía no es ni una hueá […] Somos pobres y putas, si no hacemos justicia por nuestras manos, nadie va a hacerla”.
Texto de Maritza Farías Cerpa |