Peso | 0.08 kg |
---|---|
Dimensiones | 20 × 14 × 0.5 cm |
Publicado en 2019
Los temas en común de los relatos reunidos en este libro son la solidaridad y la capacidad de compartir y de ayudar, aunque en algunos de ellos solo aparezcan como la cara opuesta de esas cualidades. Las historias incluidas en este cuarto volumen de la serie Cuentos para contar y pensar provienen de distintos lugares, tradiciones y épocas y todas hablan de la importancia de mirar más allá de uno mismo. |
$12.500
Peso | 0.08 kg |
---|---|
Dimensiones | 20 × 14 × 0.5 cm |
Publicado en 2019
La protagonista de este cuento ilustrado, Amina, nace hace más de un siglo en un pueblo en el que no hay nadie como ella; nadie con quien jugar, nadie con quien compartir sus curiosidades y sus búsquedas. Por eso, a los dieciséis años decide irse de su casa y de ese pueblo. Curiosamente, lo hace sin miedo, sin preguntarse si está bien o mal, solo porque es lo único y mejor que se le ocurre hacer. “Amina” es la historia de su viaje, un cuento para grandes escrito como un cuento para niños. |
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |
Autor: Gabriela Mistral.
Gabriela Mistral es un desafío, una gigante que captura todos los sentidos, su profusa escritura nos confunde y al mismo tiempo nos
alivia la estética de su obra. La precisión de las palabras y su concreción perfecta abre un universo en el que «todo el vocabulario ha de ser diferente, según la hoguera o según el brasero: en vez de los leños veloces en volverse humo, las pavesas que laten lento y suave. Nada les sobra». Su búsqueda de «palabras primordiales» que sobreviene a la multiplicidad de voces, en ese plural oportuno que nos emplaza en un abanico multiforme de la locura razonada, de estar en el límite, de ser lo que se quiere, sin esperar condena ni juicio externo. Leerla nos sobrecoge en el silencio del respeto y la algarabía de exhibirla, de ponerla en una bandera, de gritar a los cuatro vientos lo perfecta e insondable que es, todo eso y más, pero nunca jamás antes de leerla. Paula Ceballos Huerta