Peso | 0.093 kg |
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2017
Como buena escritora que fue, encontramos en sus palabras toda su rebeldía y su bronca por la diferencia de derechos y de lugares que tenían las mujeres comparadas con los hombres. ¡En esa época no podían votar! Se hizo un lugar (a puro codazo y poesía) en las mesas de escritores exclusivas para hombres, y supo amar sin tener compromisos para que nadie quisiera cambiarla y pudiera ser siempre libre de decir y de hacer. Y fue, también, muchas a la vez: poeta, y entonces jugó con las palabras; fue maestra, y ayudaba a pensar una nueva infancia; fue periodista, y buscaba cambiar lo que no le gustaba con letras; fue feminista, y luchó por los derechos de las mujeres; fue una trabajadora, y por eso vivió necesidades e injusticias bien de cerca; y fue, siempre, siempre, una loba que nunca quiso andar con el rebaño porque deseaba, profundamente, la libertad.
$7.500
Peso | 0.093 kg |
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Dimensiones | 21 × 0.3 × 21 cm |
Publicado en 2017
Esta vez caminamos tras la huella de una heroína de las luchas de la liberación de América Latina. Juana Azurduy es nuestra antiprincesa del Alto Perú, o nuestra princesa guerrera, que luchó junto a su esposo Manuel Padilla, y conoció otros héroes como Belgrano y Güemes, y otras heroínas como las Amazonas, para liberar el Virreinato del Río de la Plata de las garras de España. En esta aventura, Juana y sus compañeras y compañeros muestran todas las habilidades de combate que desplegaron contra los realistas. Pero además, el libro nos habla de la doble valentía de Juana: de abandonar la comodidad del hogar para luchar una batalla donde la mujer carecía de honores. Incluso tuvo que pelear cargando su hijo recién nacido. A pesar de esto, terminaron mostrándole respeto y admiración por su coraje. Una verdadera antiprincesa que trascendió el tiempo y la historia.
Esta vez, nuestra otra princesa es la de la música alegre, la del baile liberador, y es, también, una cantante y compositora que supo lo que quería ser desde muy pequeña, aunque le costó realizar su sueño toda la vida. Fue maestra de infantil, profesora de educación física, madre joven y llegó a las bailantas para cambiar la imagen de las mujeres que cantaban cumbia. Pero la historia no terminó cuando murió la gente le empezó a pedir favorcitos y ella se los cumplía, como si fueran milagros, y así fue como se convirtió en una santa popular, de esas que ayudan al pueblo porque nacieron del pueblo mismo. Acércate a escuchar su música y te contamos su historia, sin dejar de mover los piececitos.