Peso | 0.289 kg |
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Dimensiones | 15.2 × 1 × 21 cm |
Publicado en 2017
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Ariel Rojas Lizana nos entrega 200 chistes sin cocinar, humor crudo, ambientalista, anarquista, inocente y ecologista, que nos harán ver el mundo de forma diferente y reírnos o llorar de nuestros propios errores como seres humanos.
$6.000
Peso | 0.289 kg |
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Dimensiones | 15.2 × 1 × 21 cm |
Publicado en 2017
Cuando alguien como Donald Trump es electo presidente, cualquier cosa puede pasar. Por eso, la “inocente” eliminación del idioma español de la página web de la Casa Blanca atemorizó a todo hispanohablante en Estados Unidos y el mundo. Este fue el inicio de un complejo proceso que inició el gobierno norteamericano: se declararon guerras innecesarias, se decretaron leyes absurdas y, finalmente, Cuba fue invadida, su último archienemigo en el mundo occidental. El idioma es el sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse, y su uso está intrínsecamente ligado a la identidad de un pueblo. Siglos atrás los pueblos indígenas de América Latina fueron forzados a adoptar un nuevo idioma, el idioma del invasor europeo.
¿Qué ocurriría hoy si se forzara nuevamente a toda una comunidad hispanohablante a adoptar un idioma diferente, el de un nuevo invasor? ¿Cómo se viviría este proceso teniendo en cuenta las lecciones del pasado? Este breve relato distópico nos pone en ese paradójico contexto, describiéndonos el proceso de resistencia contra la invasión y mostrándonos sus inesperados resultados. |
Autor: Juan Manuel Mancilla.
“Los versos de Testamento provocan el gesto de una memoria poética que despierta las imágenes del pasado (objetos, dichos, costumbres y hechos) para volcarlas conflictivamente en el presente de un país distante. Un recorrido por Chile, por la naturaleza trágica de su territorio, una declaración por la extrañeza de su lenguaje y de su gente:
Desteñido al parirse entre sacos inhospitalarios el amoratado envuelto se desempolva los trémulos pómulos tal como la harina le nieva la cocedura cruda al tambembe rosado del tan bebé (…)
“Niño piñiñento”
Basándose en el principio budista de la impermanencia, la autora reflexiona sobre el fenómeno del cambio que se manifiesta en todos los aspectos de la vida. Asimismo, ofrece una serie de consejos prácticos y muy concretos para cultivar una actitud de apertura ante la muerte, que nos permite acompañar a los que están más cerca del umbral sin exigirnos ni exigirles perfección. En los últimos años se han publicado muchos libros sobre la muerte y el morir, un tema provocativo en una cultura que se niega a pensar en la muerte y prefiere creer en la eterna juventud. Por eso, se podría decir que Sin miedo a la muerte es un libro subversivo. Judith Lief nos acerca a este tema desde la larga experiencia acumulada en los cursos y talleres que ha dictado sobre El libro tibetano de los muertos y el acercamiento a la muerte, en los que participan profesionales de la salud, estudiantes, voluntarios que trabajan con pacientes terminales e incluso enfermos graves. A partir de esa experiencia, de las enseñanzas budistas sobre el tema y del material que le han aportado sus alumnos, la autora nos invita a contemplar la muerte de frente, sin tabúes.
A diferencia de muchos cursos y publicaciones en los que el llamado a vivir el presente se confunde con la negación de la muerte, este libro nos propone abrirnos a ella sin velos protectores, para llegar a un punto en que podamos mirarla cara a cara, sin temor. Paradójicamente, esta forma de acercarnos a la muerte le da más sentido a la vida y nos ayuda a abrimos con toda honestidad a los demás —amigos, parientes, desconocidos— y a acompañar a los que están más cerca del umbral sin exigirnos ni exigirles perfecciones.
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«Un libro celebratorio. Una palabra plena de autonomía, humor, y goce no hedonista sino fruitivo, que es goce del bien propio desplegado íntegro. Stella Díaz Varín, saca las cosas de su habitualidad: rompe lugares comunes y expresiones formularias, y traza sobre la realidad oscurecida, imágenes que la alumbran. En ese trabajo solitario, en un periodo de masculinidad literaria, se prologa y epiloga, estableciendo su vigencia con sutileza y sagacidad. Tiempo, medida imaginaria —un libro breve, de peso específico, escrito hace más de seis décadas— sigue proponiéndose para hoy. Concebido desde el lado femenino nietzscheano esculpe y retalla su genealogía e historia de vida, proyectando la poesía al lugar del conocimiento y señalando un tiempo perdurable de liberación por la escritura».
Elvira Hernández